Virgen de Núria
Una imagen muy venerada como símbolo de fertilidad
Una imagen muy venerada como símbolo de fertilidad
Según la leyenda, quien se acerca a Núria y sigue el ritual de la cruz, la olla y la campana tendrá descendencia.
La Virgen de Núria, patrona del Pirineo y de la diócesis de Urgell, es una talla románica del siglo XII que se venera en el santuario de Núria. Su historia, como la de muchas otras imágenes religiosas, se pierde en la leyenda.
Los orígenes de su veneración se remontan al siglo VIII, cuando san Gil esculpió una imagen de la Virgen mientras vivía como ermitaño en el valle. Los pastores de la zona eran convocados con un toque de campana para reunirse alrededor de la cruz y san Gil les daba de comer de una olla. Por este motivo, la cruz, la campana y la olla son los símbolos de Núria.
Con las primeras persecuciones contra los cristianos durante la dominación musulmana, san Gil ocultó la imagen en una cueva y huyó del valle. No fue hasta 1072 cuando un pastor llamado Amadeu, buscando unas reliquias de María, levantó un pequeño santuario, donde años más tarde se encontró la imagen. Según la leyenda, la imagen no pudo ser llevada en procesión a Queralbs porque quería permanecer en Núria; por ello se decidió establecer allí el culto.
María es representada como Virgen en Majestad y Trono de Sabiduría. Como rasgos particulares, lleva el pelo y las orejas al descubierto, viste un manto de pastora y hace el gesto de coger al Niño con sus manos. El Niño va vestido igual que ella, bendice con su mano derecha y sostiene un libro con la izquierda.
Se dice que esta Virgen tiene el don de la fertilidad; por ello, muchas parejas que no consiguen tener hijos ascienden hasta Núria para seguir el ritual simbólico: orar ante la cruz y poner la cabeza en la olla mientras se toca la campana. No se conoce el origen de la tradición, pero a muchas parejas les ha funcionado. Sea como fuere, es uno de los motivos por los que esta Virgen y, en consecuencia, el santuario y el valle son tan populares.